jueves, 17 de enero de 2013

Michelle Bachelet ya no tiene opción de decir que no vuelve”

Senador Ricardo Lagos: “Michelle Bachelet ya no tiene opción de decir que no vuelve”. Y agrega que en su gobierno "ella no va a venir a marcar el paso. No podría"Por Óscar Reyes P.
Defensor acérrimo de la realización de elecciones primarias, el parlamentario está convencido de que la ex mandataria será la próxima candidata de la oposición y que el suyo será un gobierno con “una agenda de contenidos que estimule a los chilenos”. En una larga conversación con Cambio21 el senador por la región de Valparaiso se explaya y explica como será el futuro Gobierno de Bachelet.

Ricardo Lagos Weber, senador del PPD por la V región Costa, es bacheletista por donde se le mire y no tiene ningún reparo en reconocerlo. De hecho, a Michelle Bachelet se refiere como "mi presidenta". Sin embargo, eso no significa que, frente a los resultados de la última encuesta del Centro de Estudios Públicos -donde el 54% de los consultados dijeron que votarían por la ex jefa de Estado, lo que podría ubicarla como presidenta electa en primera vuelta-, el considere innecesario seguir adelante con el proceso de primarias programado para el 30 de junio. "En absoluto", enfatiza.

-¿Por qué?
-Las primarias cumplen varias funciones. Una, y que no es menor, es que si las hacemos ahora y también las hace la derecha, se van a consolidar y a legitimar a futuro. Hoy yo sé que con la encuesta CEP alguien podría decir: para qué la presidenta Bachelet se va a someter a una primaria si está claro que la ganaría, en teoría, pampeada. Mi respuesta es: precisamente, porque es alguien que está muy bien espectada, las va a consolidar y a legitimar para el futuro, que nos va a hacer falta cuando no tengamos un candidato con el 70%. Segundo tema y muy importante: incluso aquellos que tienen un escaso nivel de adhesión hoy, van a tener la posibilidad de poner temas de programas y contenidos y creo que eso va a enriquecer sana y severamente la discusión presidencial, al punto que espero y aspiro que además eso incluye a los candidatos de la derecha. A qué me refiero: que dos primarias corriendo simultáneamente van a generar contenidos sobre los que todos van a tener que pronunciarse, incluidos los mejor aspectados. Y esos contenidos, además, van a tener que ser recogidos, o al menos buena parte de ellos, por él o la que gane al final.
 

-Guillermo Teillier habló de la responsabilidad moral que Michelle Bachelet tiene de ser candidata. Y usted también lo esbozó hace poco en televisión: dijo que ella no tiene cómo salirse de este compromiso.
-Yo creo que ella ya no tiene opción de decir que no. Ya pasó es etapa, que era legítima, por lo demás. Podría haberlo hecho si tenía sus consideraciones, pero creo que está tan avanzado el proceso político que se me hace inimaginable que pueda decir que no.
 

-¿Qué cree usted que es lo que hace que una persona que está bien en su cargo de nivel mundial, que vive tranquila, en el extranjero, tenga esta responsabilidad política de venir a meterse a Chile en un proceso complejo y a veces ingrato para ser nuevamente presidenta?
-Yo no puedo responder esa pregunta, porque es una pregunta que se responde individualmente, pero la presidenta no ha dicho que no en estos tres años desde que dejó el gobierno y ve el posicionamiento que tiene ante la ciudadanía. Las convicciones de ella no las conozco, no tendría por qué saberlas ni me corresponde a mí pronunciarme, pero yo estoy convencido de que ella no va a venir a marcar el paso, porque además no podría. Segundo, no hay espacio para eso tampoco, por lo que los chilenos están exigiendo y demandando. Si ella va a venir a poner en juego el tremendo capital político que tiene, no va a ser para administrar. Ella va a tener y a empujar una agenda de contenidos que estimule a los chilenos.


-¿Usted piensa que el gobierno de Bachelet, con toda la expectativa que hay y con el apoyo con el que entraría luego de la elección, sería un gobierno de transformaciones profundas?
-Yo espero, aspiro y trabajaré por aquello.

-La derecha se ve confundida, sobre todo desde el 28 octubre, cuando recibió casi un golpe de knock out en la elección municipal, donde renunció y volvió un presidente de partido, se pelearon sus dos precandidatos. ¿Usted piensa que van a mantener el nicho de votación donde obtienen siempre de cerca del 40 por ciento?
-Yo creo que va a haber una elección bastante reñida, porque la derecha en Chile es más que el gobierno de Sebastián Piñera. Lo que pasa es que Piñera no tuvo la capacidad entusiasmar siquiera a los propios. Yo no veo a la derecha sacando una votación de 30%, que es el apoyo que tiene el presidente. Esto significaría que estamos en una situación en que la derecha estaría peor que después de la dictadura. Yo no interpreto a la presidenta, no hablo por ella, pero me imagino que aquí las cosas son con mucha humildad, sin ninguna arrogancia y de a poco. Porque aquí vamos a tener una primaria, después tenemos la primera vuelta y la derecha va a sacar su opción. Puede que no le guste Piñera con su 30%, pero la derecha en Chile es más del 30%. Dado que vamos a tener candidatos por fuera, como Marco Enríquez Ominami y eventualmente un Parisi, yo creo que eso va a influir en la votación y va a hacer que sea poco probable el triunfo en primera vuelta. No imposible, pero poco probable. A la derecha la veo ya con una decisión tomada: en marzo bajan a uno (Golborne o Allamand) y se van con el otro. Pero lo más importante en la derecha, ¿sabes lo que va a ser? Que se va a parapetar en el Senado y en la Cámara. Ellos van a jugar a eso, porque frente a una presidenta que puede ganar incluso en primera vuelta, le van a decir: bienvenida al Parlamento, aquí estamos empatados, con el ya reprobable sistema binominal. Y ella lo sabe.


-Sin embargo, hace quince días la propia derecha difundió un estudio que muestra que la Concertación doblaría en varios distritos y algunas circunscripciones. De acuerdo con sus análisis, eso es así...
-Ojalá sea así, pero yo creo que en la senatorial de Concepción va a ser difícil que mantengamos el doblaje que tenemos y la única idea que uno visualiza como posible doblaje es en la cuarta región, en La Serena-Coquimbo.

-¿Y en la duodécima, por ejemplo?-También. Lo que pasa es que eso depende de los candidatos. Yo veo que vamos a terminar más empatados en el Senado que doblando.

-A propósito del parapeto de la derecha en el Congreso, ¿usted es de los que piensan que para eso hay que conformar un proyecto común de la oposición, donde estén todos, incluidos los comunistas?
-Lo que ocurre es lo siguiente: la presidenta va a obtener una mayoría, ya sea en primera o segunda vuelta, relativamente significativa. Y van a haber tremendas expectativas respecto de se gobierno. Porque ya existen hoy. Entonces, si vamos a estar empatados en el Parlamento, requieres una amplia mayoría social y política para tratar de hacer algunos cambios, aunque no tengas los "votos políticos" en el Senado o en el Congreso, pero sí tienes representado un gran espectro. Dentro de nuestro 50%, tienes mayor diversidad. Si voy a tener, por ejemplo, 65 senadores, quiero que esos 65 senadores estén bien raleados, que representen a varios sectores y no solamente la Concertación. Porque eso a mí me va a dar más gobernabilidad a la hora de enfrentar las expectativas y, segundo, me va a dar más fuerza para poder exigir los cambios y presionar políticamente por los votos para obtener los cambios, por ejemplo, al binominal o a la Constitución. Alguien me dirá: es ingenuo Lagos. Puedo ser ingenuo, pero durante 20 años no chillamos con mucha fuerza los cambios que queríamos. Yo prefiero que me digan: di la pelea y la perdí, golpeé la mesa y presioné. Por eso yo creo que lo que hemos hecho en este período como oposición ha sido importante, algunos al menos, de marcar la diferencia.

-De acuerdo a esos criterios, el eslogan de las elecciones parlamentarias va ser: un senador o un diputado para Bachelet...
-Claro y, si bien no vamos a tener la mayoría en el Senado, vamos a tener la capacidad, vamos a tener una mayor fuerza desde el punto de vista de la diversidad que va a constituir lo que hoy es la oposición y mañana va a ser gobierno.

-En la elección presidencial pasada el fenómeno fue Marco Enríquez Ominami. ¿Cómo interpreta que, según la encuesta CEP, obtenga 6% de votación si se enfrenta a Bachelet y que esté a apenas un punto de cualquiera de los dos precandidatos de la derecha, cuya votación también sería baja, de acuerdo con el mismo sondeo?-Yo creo que esa es la consecuencia de haber estado ausente estos casi tres años desde la elección.

-¿Pero no se supone que debería perjudicar más a Bachelet que a los de la derecha?-Ciertamente, él captura votos de la centroizquierda chilena, la mayoría de ellos, y eso ciertamente tiene un impacto en la candidatura de Michelle Bachelet. Ahora, 6% comparado con los 20 que sacó la otra vez -entendiendo que a veces las encuestas fallan-, creo que es reflejo de alguien que no ha estado presente estos tres años.

-Considerando todo el gasto publicitario y el despliegue que ha tenido Piñera desde que asumió la presidencia y que se ha exacerbado en los últimos meses, ¿cómo interpreta usted que apenas haya subido cuatro puntos en el último sondeo?
-El principal problema del presidente Piñera es que a los chilenos no les gusta. Porque los ministros están mejor evaluados, yo diría que la economía no está mal, al contrario, pero cuando ves los indicadores de confianza-desconfianza y cercanía-lejanía del presidente, no recuerdo que alguien tuviera sobre el 60% de desconfianza de los chilenos. Creo que eso termina por pasar la cuenta. Como me dijo un influyente diputado de la derecha: es que no les cae bien a los chilenos.

-¿Usted cree que quizás la gente piensa que, por muy bien que esté la economía, en alguna parte, como dicen los jóevenes hoy, les van "a cortar la cola", el gobierno les va a salir con la letra chica?-La gente está descontenta con la desigualdad, con el tema de los abusos, con la tasa de interés, temas que se arrastran desde hace mucho tiempo y este gobierno no ha hecho nada por cambiar aquello. Al contrario, la gente lo ve como un modelo empresarial y eso es producto del origen propio de Sebastián Piñera previo a ser presidente: empresario bueno para comprar empresas.

Violencia en la Araucanía: "Aquí no hay ningún atenuante"
-A su juicio, en el conflicto en la Araucanía, ¿hay un antes y un después de la dramática muerte del agricultor y su mujer?
-Lo que hay hoy son dos personas que murieron calcinadas y eso genera un campo totalmente nuevo. Yo entiendo que hubo enfrentamientos antes, que hubo fallecidos antes, pero como lo que ocurrió la semana pasada no. Esto generó un cambio más profundo y tiene que haber una condena para este tema. Aquí no hay ningún atenuante.
 

-¿Usted cree que puede haber una escalada mayor de violencia?-Yo espero que no, pero también espero que hagamos todos los esfuerzos, primero, para estar todos claros que hay que condenar este hecho. Eso, para empezar. Segundo, usar todos nuestros instrumentos legales. Y tercero, aboquémonos también a ver cuáles son los temas de fondo de este conflicto, que se arrastran por tantos años. Entre otros, todavía no somos capaces de darle reconocimiento constitucional al pueblo mapuche.
 http://www.cambio21.cl/cambio21/site/artic/20130111/pags/20130111145656.html

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