sábado, 24 de noviembre de 2012

El dilema del retorno al poder



 
BUENOS AIRES.— El dilema de los regresos. Michelle Bachelet y Luiz Inacio Lula Da Silva, cada uno con sus características, comienzan a deshojar la margarita en el intento por retornar a la presidencia. Una por falta de liderazgos en la Concertación Democrática (CD) chilena, el otro en su carácter de “animal político” sui generis en Brasil, lo cierto es que los dos ex mandatarios se encuentran ante la disyuntiva de regresar al poder.

Bachelet es la única en la CD que garantiza el triunfo electoral en las presidenciales de Chile de 2013. Lula, en cambio, debe sopesar si su reciente triunfo personal, al imponer a Fernando Haddad, es el pasaporte para su retorno al poder en Brasil, en los comicios de 2014, dejando de lado la posible reelección de Dilma Rousseff, o si la reciente condena de sus ex funcionarios y la posibilidad de ser investigado por el Supremo Tribunal de Justicia (TSJ) termina enterrando cualquier aspiración a una nueva candidatura.

“Él vive un momento de impasse desde el punto de vista del futuro, sobre todo a corto plazo”, opinó Marco Antonio Teixeira, politólogo de la brasileña Fundación Getulio Vargas. Lula viene de demostrar nuevamente su condición de “mito político”, en las recientes elecciones municipales de Sao Paulo, donde participó de lleno en la campaña para hacer que su candidato, Haddad, pasara del quinto puesto en las encuestas a un triunfo.

De esa manera, dejó fuera de juego a José Serra y sumió al opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), en una crisis profunda. Pero el “mensalao” (los casos de corrupción política) sigue amenazando el futuro inmediato del ex presidente. Cristiano Noronha, analista de Arko consultores, expresó que “la oposición intenta de alguna forma crear algún desequilibrio para Lula porque vio que todavía le causa problemas”.

El efecto teflón
Otros, en cambio, creen más en “el efecto teflón” de Lula que en el daño que pueda hacer a su imagen el caso de corrupción más sonado de la historia de Brasil.

“Lula se sobrepuso a todo y no veo por qué no se sobrepondrá a esta situación, siempre y cuando no se compruebe que él formó parte del esquema del ‘mensalao’”, sostiene Julián Hermida.

El caso de Bachelet es muy diferente. Ella sigue guardando silencio y ese ha sido su mejor activo para colocarse en el tope de los favoritos para los comicios presidenciales de noviembre próximo.

“Todavía no dijo si será o no candidata, pero ese silencio es la confirmación de que sí será la postulante de la Concertación”, opinó el analista Patricio Navia.Así, en silencio, Bachelet también acaba de anotarse un importante triunfo en las recientes elecciones municipales, donde varios de sus ex ministros y colaboradores en su gobierno (2006-2010), fueron electos alcaldes, como el caso de su ex vocera, Carolina Toha, quien logró vencer en Santiago.

Las encuestas ya muestran que, de no mediar un terremoto político, Bachelet es la candidata más seria a suceder a Sebastián Piñera, tras las elecciones de noviembre.

Una reciente encuesta del Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea dio cuenta de que la ex mandataria tiene el 40% de las preferencias contra el 9% del ex ministro de la Producción y candidato oficialista, Laurence Golborne.

De hecho, en las más recientes elecciones municipales, que históricamente en Chile suelen ser una suerte de prólogo de las presidenciales, la Concertación se quedó con 168 comunas (21 más de las que controlaba).

En todo caso, una vez que confirme su candidatura, Bachelet deberá pasar por las el trámite de las internas. El último fin de semana, la Democracia Cristiana, uno de los integrantes de la Concertación, decidió la realización de las primarias el próximo 13 de marzo, antes que apoyar a una candidata que oficialmente aún no es, como el caso de Bachelet. De esa manera, entre Claudio Orrego y Ximena Rincón, saldrá el competidor de Bachelet en las internas del mes de junio.

Por eso ambos, Bachelet y Lula, atraviesan, cada uno con sus realidades políticas a cuestas, ese mito que siempre suele pesar en los políticos sudamericanos.
El del eterno retorno.
http://www.eluniversal.com.mx/internacional/80253.html

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