lunes, 18 de noviembre de 2013

Michelle Bachelet, Presidenta de Chile


La ocupación de las oficinas de campaña de Michelle Bachelet por decenas de estudiantes chilenos el mismo día de las elecciones es un mensaje a la candidata «para que sepa que la movilización por la educación pública gratuita y de calidad» no ha terminado.

Y eso lo sabe la candidata socialista. Conoce la fuerza de los estudiantes desde 2006, cuando llevaba apenas cuatro meses en La Moneda y decenas de miles de alumnos de la enseñanza media ocuparon las calles de las grandes ciudades chilenas durante semanas, hasta hacer caer a los ministros de Educación e Interior. Bachelet superó la crisis mediante un acuerdo que incluyó algunas reformas del sistema educativo. Pero no se ganó la desconfianza de los estudiantes.

La Michelle Bachelet de hoy es distinta a aquella que gobernó entre 2006 y 2010. Ahora es una mujer de 62 años cargada de experiencia, ha conocido nuevas realidades desde su cargo en Naciones Unidas, tuvo más tiempo para leer y estudiar mientras vivió en Nueva York, sobre la política socialdemócrata de los países nórdicos de Europa y se codeó con intelectuales y líderes mundiales.

Durante los casi cuatro años que vivió en Manhattan nunca perdió contacto con Chile y siguió con atención las grandes movilizaciones ciudadanas que estallaron en 2011, ahora lideradas por los universitarios de la misma generación que habían salido a las calles durante su gobierno.

«Chile vive un nuevo ciclo», ha dicho Bachelet, para explicar que su programa de reformas busca satisfacer algunas de las demandas que tienen un respaldo mayoritario, principalmente las de educación, la reforma tributaria y acabar con la Constitución. Sus allegados aseguran que Bachelet «no se verá condicionada ahora por los partidos que la apoyan», ya que es consciente de que su regreso a La Moneda «no se la debe a ellos».

Tendrá en su nuevo periodo «más autonomía e independencia» para gobernar, insisten. Aunque ingresó en el Partido Socialista a comienzos de los 70, «recela e incluso desconfía de algunos círculos de las élites políticas». Y eso no tiene que ver con su exilio en la extinta RDA como algunos quieren hacer creer, sino porque tiene una visión más «ciudadana» de la política y del país, indican sus colaboradores.

Bachelet ahora es más pragmática y sabe que su nuevo mandato genera mayores expectativas que las que abrió cuando llegó a La Moneda como la primera mujer presidente en la historia de Chile. En un periodo de cuatro años no es posible emprender muchas reformas en profundidad, por lo que buscará desde ahora –dicen sus asesores- alentar el surgimiento de un nuevo liderazgo, que de continuidad a los cambios que comenzarán con su mandato el 11 de marzo de 2014. Por lo pronto, a modo de ejemplo, Bachelet no emprenderá medidas como la nacionalización de recursos naturales, pese a que la recuperación del cobre tiene un respaldo de más del 70 por ciento en las encuestas.

Ha llegado dispuesta a rodearse de nuevos rostros. Tiene una «visión renovada del socialismo», dicen los politólogos. Sus íntimos aseguran que «Bachelet viene con las pilas recargadas».
http://www.abc.es/internacional/20131117/abci-bachelete-presidenta-perfil-201311172156.html

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