martes, 2 de julio de 2013

Bachelet, radical y democrática


Su victoria en primarias demuestra como en democracia los avances sociales no se pueden detener

ROBERTO GIUSTI| EL UNIVERSAL
Martes 2 de julio de 2013 12:00 AM
El triunfo inobjetable de Michelle Bachelet en las primarias de la oposición chilena no sólo proyecta como sólida la perspectiva del regreso al poder de la ya antigua Concertación (ahora denominada Nueva Mayoría) sino, sobre todo, plantea una inédita realidad política que se plasmaría con la victoria de la expresidenta en las elecciones del próximo 17 de noviembre.

Hasta ahora Chile, quizás mejor que cualquier otro país del continente, reflejaba dos opciones ideológicas, en el marco de la democracia, de una derecha y una izquierda tan cercanas que las diferencias se difuminaban a la hora de gobernar. Tardaron muchos años los dos grandes partidos chilenos (el socialista y el demócrata cristiano, amén de otras colectividades políticas) de cancelar sus diferencias ideológicas y ponerse de acuerdo en lo básico: el rescate democrático, luego de 17 años de dictadura.

El experimento se prolongó durante veinte años durante los cuales gobernantes de ambos partidos consiguieron hacer de Chile uno de los países más estables y productivos del continente. Logros que, al menos en lo económico, se consolidaron por la decisión de darle continuidad, con aliento social, al modelo puesto en marcha durante la dictadura de Augusto Pinochet.

Pero el esfuerzo de armonizar, dentro de la pluralidad, se agotó a pesar del apoyo popular que tuvo el gobierno de Bachelet y en el 2010 asume la presidencia Sebastián Piñera, abanderado de una derecha cuyo gobierno sacó a relucir, de nuevo, viejas diferencias, cuyo síntoma por excelencia radicaba en el tema educativo. Quedaba demostrado que los proyectos no pueden inmovilizarse y en democracia los avances sociales, mientras mayores demandas satisfagan, serán siempre superados por nuevas exigencias.

Bachelet, un prodigio de discreción y contención durante su gobierno, lo entendió desde el retiro activo, fuera de Chile y ante los sofocos del gobierno de Piñera, reacio a condescender con el reclamo social, regresó con un planteamiento radical, (educación gratuita, reforma tributaria, nueva Constitución) refrendado por el 73% de quienes votaron en las primarias del domingo.

Con un porcentaje tan apabullante, incluso la Democracia Cristiana, deberá rendirse a la necesidad de un cambio que, a diferencia del intentado durante el gobierno de Allende, no atenta contra las instituciones, ni afecta el sistema democrático. Todo lo contrario, se trata de la constatación según la cual toda idea se puede aplicar en democracia siempre y cuando no se tenga como objetivo, en presunto nombre de la reivindicación de los oprimidos, el establecimiento de un régimen totalitario, cuyo real objetivo radica en la liquidación de las libertades y el entronizamiento de la miseria sin fin.
http://www.eluniversal.com/opinion/130702/bachelet-radical-y-democratica

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